George Orwell
Tras el estallido de la violencia en Siria, Tamman Azzam ha utilizado su práctica artística para reflexionar sobre la situación del país. El artista ha estado trabajando cada vez más con los medios digitales y, a menudo se ha referido el arte callejero, reconociendo ambos a estos medios como herramientas poderosas y directas para la protesta, que también son difíciles de suprimir.
A principios de 2013, Azzam fue noticia en todo el mundo cuando su obra Libertad Graffiti se volvió viral en las redes sociales. Se sirvió de uno de los besos más emblemáticos del arte –El beso de Gustav Klimt- para la superposición de esta imagen de amor sobre las paredes de un edificio devastado por la guerra en Damasco, en protesta por el sufrimiento de su país. El trabajo fue parte de una serie, del Museo Siria, en la que convirtió imágenes tomadas de obras maestras de la historia del arte occidental, en fotografías de escenas de devastación en toda Siria, para destacar la destrucción del patrimonio cultural de Siria y yuxtaponer algunos de los mayores logros de la la humanidad con el dolor que también es capaz de infligir.
