“(...) Y aunque Pinocho era un muchacho de natural muy alegre, se puso también triste; porque cuando la miseria es grande y verdadera, hasta los mismos niños la comprenden y la sienten”
Carlo Collodi
Negociar con la miseria que viven millones de seres humanos en su vida cotidiana -seguramente para el resto de sus días y con su única esperanza puesta en las ayudas que pueden arribar desde occidente-, es de lo más ruin que puede experimentar nadie en su propia piel. Pero lamentablemente sí, existen personas, mala gente que dedican sus esfuerzos a mentir, manipular y sacar beneficio del hambre, las guerras, la miseria y las miles de desgracias que suceden cada día en este planeta.
En este tipo de psicópatas (recuerda que no hace falta ser un psicópata a lo “Hannibal Lecter” para serlo. Véase la definición: Psicopatía) no existe la empatía ni el remordimiento, por eso interactúan con las demás personas como si fuesen cualquier otro objeto, las utilizan para conseguir sus objetivos: la satisfacción de sus propios intereses. No necesariamente tienen que causar algún mal.
El psicópata trabaja siempre para sí mismo por lo que cuando da, es que está manipulando o esperando recuperar esa inversión en el futuro. Otra nota común es la sobrevaloración de su persona, lo que los lleva a una cierta megalomanía y a una hipervaloración de su capacidad de conseguir ciertas cosas y la empatía utilitaria, que consiste en una habilidad para captar la necesidad del otro y utilizar esta información para su propio beneficio, lo que constituye una mirada en el interior del otro para saber sus debilidades y obrar sobre ellas para manipular.
Lo más triste es que existan personas humanas que sin ser psicópatas sean capaces de seguir su mismo patrón de comportamiento…
Este documental es estremecedor desde su inicio hasta su fin, y pone de manifiesto una REALIDAD oculta para la mayoría, en beneficio –como siempre- de una minoría egoísta que vive a costa de que otros malvivan.
EL NEGOCIO DE LA CARIDAD – Documentos TV
“Ansiaban escaparse de su miseria, pero las estrellas quedaban demasiado lejos”
Friedrich Nietzsche
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