“Mella, Tiempo voraz, del león las garras, deja a la tierra devorar sus brotes, arranca al tigre su colmillo agudo, quema al añoso fénix en su sangre. Mientras huyes con pies alados, tiempo, da vida a la estación, triste o alegre. y haz lo que quieras, marchitando al mundo pero un crimen odioso te prohíbo: no cinceles la frente de mi amor, ni la dibujes con tu pluma antigua; permite que tu senda siga, intacto, ideal sempiterno de hermosura. O afréntalo si quieres, Tiempo viejo: Mi amor será en mis versos siempre joven”
William Shakespeare - Soneto 19
Sobran las palabras ante tal pieza artística. Solo ponte los auriculares y déjate llevar por el sonido y la belleza de un precioso mundo que algún día, en algún lugar, ha sido.
Sobre la belleza, siempre ha colgado la nube del destino y el tiempo que todo lo devora.
Belleza ha sido invocada, re-imaginada y descrita desde la antigüedad como un momento fugaz de felicidad y plenitud de vida inagotable, condenada desde el principio a un trágico epílogo y a la salvación.
Belleza ha sido invocada, re-imaginada y descrita desde la antigüedad como un momento fugaz de felicidad y plenitud de vida inagotable, condenada desde el principio a un trágico epílogo y a la salvación.
En esta interpretación de Rino Stefano Tagliafierro, esta belleza trae de nuevo la fuerza expresiva de los gestos que brota de la inmovilidad de la lona, la animación de un sentimiento perdiendo la rigidez de un museo.
Estas bellas imágenes que la historia del arte nos ha dado con un movimiento congelado, pueden volver a la vida gracias al fuego de la invención digital.
Una serie de imágenes espléndidamente seleccionadas a partir de la tradición de la belleza pictórica (desde el Renacimiento hasta el simbolismo del fin siglo XIX, a través de los gestos, el paisaje, el romanticismo y el neoclasicismo) con la intención sobre el sentimiento detrás del velo de la apariencia. Una inspiración que nos da el sentido de la fugacidad y la brevedad existencial que el autor interpreta como la trágica dignidad de un desencantado, capaz de captar el sentido más profundo de una imagen.
La belleza en esta interpretación es la compañera silenciosa de la vida, que inexorablemente conduce a la sonrisa del bebé, a través del éxtasis erótico, hacia las muecas de dolor que cierran un ciclo destinado a repetirse hasta el infinito.
Significativas desde el inicio de una salida de sol romántica en la que grandes pájaros negros vuelan hacia la puesta de sol, más allá del final de las ruinas góticas que completan la pieza, una obra del tiempo fugaz.
Pinturas en orden de aparición: www.rinostefanotagliafierro.com/beauty_artpaintings.html
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