Vivimos en un Universo de casualidades… eso es lo que dicen las voces oficiales, que TODO cuanto ves, conoces y sabes, es gracias a la casualidad… Yo nunca he creído en las casualidades.
¿Existimos solo por casualidad?
El Universo contiene propiedades que son favorables para la VIDA – CASUALIDAD
Todo cuanto conocemos viene del Big bang, una descomunal explosión que dio forma al Universo – CASUALIDAD
La fuerza de la gravedad justa, la cantidad de energía y el poder que nos brinda el Sol...Estas y otras propiedades clave pudieron haber sido totalmente diferentes, son perfectas y asombrosamente correctas y conductivas para la vida, tan solo un minúsculo cambio y no existiríamos – CASUALIDAD
Se trata de un número algebraico que posee muchas propiedades interesantes y que fue descubierto en la antigüedad, no como "unidad" sino como relación o proporción. Esta proporción se encuentra tanto en algunas figuras geométricas como en la naturaleza en elementos tales como caracolas, nervaduras de las hojas de algunos árboles, el grosor de las ramas, etc.
Asimismo, se atribuye un carácter estético especial a los objetos que siguen la razón áurea, así como una importancia mística. A lo largo de la historia, se le ha atribuido importancia en diversas obras de arquitectura y otras artes, aunque algunos de estos casos han sido objetables para las matemáticas y la arqueología.
El número áureo, también conocido como "número de oro" o "divina proporción", es una constante que percibimos a diario, aunque apenas nos demos cuenta. Aparece en las proporciones de edificios, cuadros, esculturas, e incluso en el cuerpo humano. Un objeto que respeta la proporción marcada por el número áureo transmite a quien lo observa una sensación de belleza y armonía. Veamos un poco más en qué consiste.
El número áureo es el punto en que las matemáticas y el arte se encuentran. Existen en matemáticas tres constantes que son definidas con una letra griega:
p=(3,14159…).
Pi, es la relación entre la longitud de la circunferencia y su diámetro.
e=(2,71828…)
e, es el límite de la sucesión de término general (1+1/n)^n. e es el único número real cuyo logaritmo natural es 1.
F= (1,61803…).
Phi, el número de oro. Matemáticamente hablando, podemos definirlo como aquel número al que, tanto si le sumamos uno como si lo elevamos al cuadrado, sale el mismo resultado.
Los tres números tienen infinitas cifras decimales y no son periódicos (sus cifras decimales no se repiten periódicamente). Todos ellos son, por tanto, números irracionales.
Se llama "Phi" en honor al escultor griego Fidias, que ya lo aplicaba en sus creaciones. El número áureo era conocido en la antigua Grecia y se utilizó para establecer las proporciones de las partes de los templos. Por ejemplo, la planta del Partenón es un rectángulo en el que la relación entre el lado menor y el lado mayor es el número áureo. Esta misma proporción está presente en las tarjetas de crédito actuales, entre otras.
Los griegos creían en la existencia de unas proporciones armoniosas para el cuerpo, que buscaban aplicar en sus esculturas. Durante el renacimiento, dichas proporciones quedaron plasmadas en este famoso dibujo de Leonardo Da Vinci: el "Homo Vitrubio", que ilustra el libro "La Divina Proporción" de Luca Pacioli, editado en 1509.
Si divides tu altura total entre la distancia del suelo a tu ombligo da Phi (en realidad da algo cercano, si diera Phi nuestras proporciones de altura serían perfectas).
Igual pasa si divides la distancia total de tu brazo entre la distancia de la punta de los dedos al codo.
Las espirales de las caracolas crecen en proporción Phi, al igual que ocurre en los girasoles y los pétalos de las rosas (los pétalos de las rosas siguen la serie de Fibonacci).
Los templos griegos guardan esta proporción en su construcción, al igual que las pirámides de Egipto.
En las estructuras formales de las sonatas de Mozart, en la Quinta Sinfonía de Beethoven, en obras de Schubert y Debussy (estos compositores probablemente compusieron estas relaciones de manera inconsciente, basándose en equilibrios de masas sonoras).
El número áureo aparece en las relaciones entre altura y ancho de los objetos y personas que aparecen en las obras de Miguel Ángel, Durero y Da Vinci, entre otros.
LA SUCESIÓN DE FIBONACCI
1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377…
En matemática, la sucesión de Fibonacci es una sucesión infinita de números naturales.
La sucesión se inicia con 1 y 1, y a partir de ahí cada elemento es la suma de los dos anteriores.
A cada elemento de esta sucesión se le llama número de Fibonacci. Esta sucesión fue descrita en Europa por Leonardo de Pisa, matemático italiano del siglo XIII también conocido como Fibonacci.
Lo interesante de las sucesiones de Fibonacci es que prácticamente cualquiera (con la sola condición de que domine la aritmética básica) puede investigarlas, descubrirles nuevas propiedades y desarrollar teoremas propios, inéditos y curiosísimos sobre ellas. Parecen existir infinitos teoremas de Fibonacci, y amateurs matemáticos casi absolutos han escrito y publicado interminable cantidad de sesudos libros acerca de ellos.
Además, las sucesiones de Fibonacci aparecen en infinidad de objetos de la naturaleza.
Si se observa un árbol, en la primera parte hay un tronco, le sigue, en la segunda, una parte más fina, en la tercera, dos ramas, en la cuarta, tres, luego cinco y ¡Fibonacci presente!
Además, las sucesiones de Fibonacci aparecen en infinidad de objetos de la naturaleza.
Si se observa un árbol, en la primera parte hay un tronco, le sigue, en la segunda, una parte más fina, en la tercera, dos ramas, en la cuarta, tres, luego cinco y ¡Fibonacci presente!
Las aplicaciones de los números de Fibonacci son también, al parecer, infinitas: se utilizan en generación de números al azar, en la búsqueda de valores máximos y mínimos de funciones complejas de las que se ignora la derivada, en trabajos de clasificación de datos, en recuperación de información en computadoras, y mil etcéteras más.
de múltiples aplicaciones e invalorable aplicación para la interpretación de distintas manifestaciones de la naturaleza.
Tiene numerosas aplicaciones en ciencias de la computación, matemáticas y teoría de juegos. También aparece en configuraciones biológicas, como por ejemplo en las ramas de los árboles, en la disposición de las hojas en el tallo, en la flora de la alcachofa y en el arreglo de un cono.
Entre las muchas curiosidades de las sucesiones de Fibonacci, una de las más extrañas propiedades de las mismas es que la razón entre cada par de números consecutivos va oscilando por encima y por debajo de la razón áurea, y que a medida que avanzamos en la serie, la diferencia de la razón de Fibonacci con la razón áurea se va haciendo cada vez menor. En teoría, cuando llegásemos al último par de números, resultaría 1,61803... que es, precisamente, la llamada “razón áurea”.
Las extrañas apariciones de las sucesiones de Fibonacci y de la razón áurea han dado lugar a interminables especulaciones y análisis y, por supuesto, a una abundante bibliografía. Se sabe que los caparazones espirales de muchos caracoles se rigen por ella, como ciertas proporciones de la anatomía humana, animal y vegetal. También se han hallado manifestaciones de estas entidades en las artes plásticas, la arquitectura y la poesía. Varios bardos romanos, especialmente Virgilio en la Eneida, parecen haber utilizado las series de Fibonacci en la estructura de sus obras poéticas.
En las ciencias naturales, es bien conocida la estructura de Fibonacci en la disposición de las semillas en los girasoles. Las semillas, ubicadas en la gran parte central de las flores, tienen una implantación en espiral: hay dos grupos de espirales, gobernadas por dos funciones logarítmicas. Un grupo gira en sentido horario y otro en el antihorario. La cantidad de espirales logarítmicas en cada grupo sigue números de Fibonacci consecutivos.
La mano humana es, también, una sucesión de Fibonacci. La longitud del metacarpo es la suma de las dos falanges proximales; la longitud de la primera falange es la suma de las dos falanges distales.
Desde siempre, los matemáticos se vieron perturbados por la relación entre los números de Fibonacci y los números primos. La pregunta era:
¿puede una sucesión de Fibonacci contener series infinitas de números primos? La respuesta es sí.
¿puede una sucesión de Fibonacci contener series infinitas de números primos? La respuesta es sí.
LA LEY TITIUS-BODE
Esta ley, relaciona la distancia de un planeta con el número de orden del planeta respecto al sol mediante una regla matemática simple:
La fórmula indica que empezando por el 0 como posición de planeta 1 (Mercurio), el siguiente planeta será el número 3.
A partir de aquí el número siguiente será el resultado de multiplicar por 2; así pues, el planeta siguiente sería el número 6, 12, etc.
A partir de aquí el número siguiente será el resultado de multiplicar por 2; así pues, el planeta siguiente sería el número 6, 12, etc.
* AU (en inglés AU, astronomical unit - unidad astronómica), es una unidad de distancia que es aproximadamente igual a la distancia media entre la Tierra y el Sol y cuyo valor, determinado experimentalmente, es alrededor de 149.597 km aproximadamente.
Es una ley por la que utilizando el número de orden del planeta y una operación matemática simple, se deducen las distancias de los planetas al Sol. Bode la publicó de esta forma: distancia al Sol= (n+4)/10 en unidades astronómicas, donde n=0, 3, 6, 12, 24, 48,...
Para obtener la distancia de estos planetas respecto al Sol, solo tenemos que sumar el número del planeta, + 4 y dividir el resultado entre 10.
Fue J. D. Titius quien la descubrió en 1766 pero no tuvo eco científico hasta que la publicó y dio a conocer J.E. Bode en 1772. Es una ley empírica (a la cual no se le ha encontrado ninguna explicación física) que se dedujo cuando sólo se conocían los planetas Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Saturno.
La ley se hizo famosa al descubrirse Urano y al buscar y encontrar Ceres y el cinturón de asteroides a las distancias marcadas por la Ley de Titius-Bode. Es una ley que también es válida para los satélites de Júpiter y de Urano y también para los de Saturno pero con algunos huecos. Actualmente se está tratando de aplicar a los planetas extrasolares.
¿TODAVÍA CREES EN LAS CASUALIDADES?
Thanks to:
http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Titius-Bodewww.sea-astronomia.es/drupal/node/341
WAKE UP – DESPIERTA!