Con sus colosales dimensiones, la pirámide de Keops ha fascinado a viajeros y exploradores de todas las épocas, que han buscado en su interior tesoros ocultos y las claves secretas de su construcción.
La pirámide de Keops es la más grande de las tres pirámides de la meseta de Giza, a las afueras de El Cairo - Egipto, es la única de las Siete Maravillas del Mundo antiguo que aún sigue en pie.
Se halla en la ribera izquierda del Nilo, y es la más septentrional. Se considera que dicho monumento fue edificado durante el reinado de Keops o de Koufou, reyes de la IV dinastía, o sea, entre 3.000 y 2.500 a.C. Se supone que Melquisedec o Enoc fueron los arquitectos que trazaron los planos.
Se halla en la ribera izquierda del Nilo, y es la más septentrional. Se considera que dicho monumento fue edificado durante el reinado de Keops o de Koufou, reyes de la IV dinastía, o sea, entre 3.000 y 2.500 a.C. Se supone que Melquisedec o Enoc fueron los arquitectos que trazaron los planos.
Por su altura cercana a los 150 metros, y su base de más de cinco hectáreas, no es comparable a ningún edificio levantado por manos humanas, y aún hoy los arquitectos y los ingenieros modernos se asombran al pensar en los medios que tuvieron que ser empleados para acumular tal montaña de piedras.
Unos creen que ésta, junto a las otras dos pirámides, servían como tumbas, otros lo ven como una máquina de tecnología avanzada construida quizás por una civilización extraterrestre, lo cierto es que las tres grandes pirámides de la meseta de Giza están distribuidas sobre el desierto de manera idéntica a como estaban las tres estrellas del "cinturón" de la constelación de Orión.
Según las investigaciones del ingeniero Robert Bauval, para los antiguos egipcios Orión era el equivalente celestial del dios Osiris, y su "cinturón" era lo que los egipcios llamaban el Duat, una especie de "puerta" por la que el alma del faraón debía pasar para llegar al Amenti, el más allá.
Recientemente el arquitecto Miquel Pérez-Sánchez ha reconstruido la forma original del monumento y ha constatado el uso de conocimientos científicos avanzados, como los números Pi y Phi, coordenadas geográficas y distancias estelares. Según sus investigaciones, la pirámide de Keops conmemora el diluvio universal.
Si hay un monumento en la tierra que ha levantado la admiración de cuántas civilizaciones lo han contemplado, este es, sin duda, la Gran Pirámide de Guiza, ha perdido su revestimiento original e incluso el vértice que la culminaba. El arquitecto Miquel Pérez-Sánchez ha puesto fin a estos agravios reconstruyendo informáticamente la gran pirámide de Keops. Pero su tesis doctoral va mucho más allá de recuperar la forma original del monumento, también desarrolla una serie de teorías cuanto menos, sorprendentes.
Hasta ahora se han hecho recreaciones ideales y esta es una recreación en su medida exacta. Y puedo decir que es exacta porque la propia pirámide certifica la reconstrucción.
Se ha conseguido a través de las leyes matemáticas. La primera confirmación fue que la superficie de la pirámide es 100.000 veces el número Pi en la unidad de medida que ellos utilizaban, el codo real. Eso significa que avanzaron en 3.000 años la definición del número Pi, y en una exactitud de seis decimales, cosa que no se consiguió hasta el 500 d. C en China. Y la Gran Pirámide es del 2.500 a.C. Quise analizar a fondo todas sus medidas por si aportaban datos científicos.
Es una pirámide muy singular porque empieza por tener un zócalo que da su unidad de medida, el codo real: 0,5236 metros.
Es la única pirámide con zócalo y de un codo real. Otra peculiaridad: Las cuatro caras que definen la pirámide no son lisas. Su eje está un poco introducido para dentro, de tal manera que las apotemas están hundidas. No tiene cuatro caras triangulares, sino ocho semicaras triangulares, aunque las apotemas rehundidas presentaban un problema geométrico.
Hasta ahora se había definido que la base tenía 440 codos reales y la altura 280 más uno del zócalo.
Estos 281 codos están proporcionados con la distancia del Sol en el perihelio, es decir, en el momento en que el sol está más cercano a la Tierra.
Mide 147,134 metros y la distancia al Sol en el perihelio es poco más de 147 millones de kilómetros. Multiplica la altura de la pirámide por 1.000 millones y… llegamos al Sol. ¿No puede ser una casualidad?
Podría serlo, pero curiosamente eso ya se sabía en la mitología asociada a la pirámide, son las voces que nos llegan del pasado.
Podría serlo, pero curiosamente eso ya se sabía en la mitología asociada a la pirámide, son las voces que nos llegan del pasado.
Los ejes de las caras están ligeramente rehundidos, se producía una contradicción con las medidas hasta ahora aceptadas. La hilada de recubrimiento que ha quedado en la cara norte nos da con mucha aproximación la inclinación que tenía. Si la aplicamos, no llegamos arriba, nos quedamos cortos, no llegamos a la altura de 280 codos más uno. Eso me hizo pensar que quizás faltaba en la pirámide una coronación. ¿El piramidón, tal vez?
Sí, pero es que hasta ahora eran piramidales, por lo que hubiera tenido la misma inclinación y no se resolvía el problema de la falta de altura. Lo que estaría coronando la pirámide tenía que ser algo distinto, algo sobrepuesto. Pensando que las aristas de las pirámides representan los rayos pétreos del Sol, pensé que tal vez lo que había arriba era un símbolo del Sol, una forma esférica, una esfera.
Como en el vértice de la pirámide había una relación con el número e —la base de los logaritmos neperianos—, pensé que el diámetro de la esfera podría ser e. Hice la simulación y me di cuenta de que el perímetro en codos reales de la plataforma que trunca la pirámide en su parte superior era el número Pi. Eso me confirmó la hipótesis de trabajo. Además, la altura del vértice me salía muy próxima al cociente de dividir un millón por 3.600. Para los egipcios, el millón era el número del infinito, y 3.600 son los segundos de una hora y un grado. Podría representar lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño.
Era una hipótesis de trabajo, pero no tuve la certeza hasta que medí la dimensión del monumento, y resultó ser 100.000 veces el número Pi. Eso ya me dio la pista de que íbamos por el buen camino y que la reconstrucción estaba realizada, pero el monumento me ofreció otra comprobación.
La suma en codos reales de la superficie, el volumen y el perímetro de la Gran Pirámide nos da un múltiplo de 888. Por otra parte, extrañamente, el monumento parecía tener medidas en metros, lo que es difícilmente explicable. Se me ocurrió hacer la transformación de codos reales a metros a través del número Phi —la proporción áurea—, lo que permite una transformación absolutamente exacta entre ambas unidades. Y la suma de la superficie, el volumen y el perímetro en metros lo confirmó al repetir la ley del 888.
El análisis del 888 nos lleva seguramente a entender que lo del 666 es un mito, como tantas cosas que nos llegan de la antigüedad. No he encontrado a nadie que me sepa explicar esta ley a nivel matemático. El dios único se oculta tras el 888. Es un tema complejo y apasionante. Utilizaron el 888 como confirmación del espacio y el tiempo del monumento.
La Gran Pirámide tiene cuatro canales estelares que salen dos en dirección al norte y dos en dirección al sur de la Cámara del Rey y de la Cámara de la Reina.
Dos alineaciones de Marte con los canales estelares del sur han permitido fijar con total exactitud las fechas inicial y final de la Gran Pirámide. Dentro del reinado de Keops vemos, a tres años del inicio, una alineación de Marte con uno de los canales, y unos tres años antes del final del reinado, se produce la otra. Las conclusiones nacen cuando ves que la distancia temporal que hay entre una y otra es de 6.216 días, y esto es 7 veces 888.
Si te digo que este monumento conmemora el milenario de un gran cataclismo, ¿qué me dirás? La fecha inaugural son 1.000 años astronómicos de 365,25 días y la del inicio, 983 años solares, de 365,2422 días.
Plutarco dice que la muerte de Osiris, que los egipcios celebraban con cuatro días de duelo, se produjo el 17 de athyr, y nos sitúa la posición del Sol en las constelaciones y nos describe la fase en que se hallaba la Luna. Con un avanzado programa informático de astronomía vi que unas de las fechas en las que se cumplían los datos de Plutarco, era exactamente 1.000 años antes del día señalado por el canal que fijaba el final de las obras.
Muy probablemente se trate del llamado diluvio universal.
La mitología del génesis egipcio es diluvial. Y en un templo se explica que el saber de Egipto proviene de siete sabios originarios de una tierra en la que todos sus habitantes murieron por una inundación repentina. Este tema ligaría con el mito de Osiris, un semidiós extranjero que trajo la agricultura y que fue el primer faraón en unificar el Alto y el Bajo Egipto.
Pero en el año 3.500 a.C. estamos en el período de Naqada II, en el pleno predinástico egipcio, y no se han encontrado evidencias de diluvios… Aunque no está claro que el diluvio fuera universal. Desde el punto de vista arqueológico no se han encontrado restos de un diluvio que lo cubriera todo.
Pero en el año 3.500 a.C. estamos en el período de Naqada II, en el pleno predinástico egipcio, y no se han encontrado evidencias de diluvios… Aunque no está claro que el diluvio fuera universal. Desde el punto de vista arqueológico no se han encontrado restos de un diluvio que lo cubriera todo.
La teoría es que Osiris era una persona de otra civilización coetánea con el período de Naqada; una persona o la personificación de un pueblo.
¿Qué es la pirámide de Keops?
El monumento conmemorativo de una gran destrucción, del diluvio universal, de su milenario. El padre de Keops, Snefru, construyó tres pirámides. La primera, la de Meidum, inicialmente era una pirámide escalonada, y al final de su reinado, después de haber construido dos pirámides en Dashur, la recubrieron con la misma inclinación que la Gran Pirámide: 51,84º. Parece, pues, como que estuvieran ensayando para conseguir la pirámide perfecta, como si tuvieran una cita con la historia.
El nombre oficial del monumento es El Horizonte de Keops. Cuando calculas el círculo del horizonte visible a partir de la curvatura de la Tierra desde la esfera que lo corona —que simbolizaría el Ojo de Horus o Udyat—, su radio es 43.200, en metros, un número que corresponde a los segundos de 12 horas. Y su diámetro, 86.400, los segundos de un día. La pirámide está ligada al 432 por varios elementos. Según nuestro estudio, el monumento tiene 99 hiladas. Si calculas la longitud de estas hiladas, ¿sabes qué te da en codos reales?
86.400 —Los segundos del día—.
La esfera de coronación representa el Sol, por lógica simbólica. La suma de las inclinaciones de cada apotema es 432 por 432 segundos de arco, lo que multiplicado por las cuatro apotemas, da 864 por 864. Por tanto, el número solar está al menos repetido tres veces: en la inclinación, en la medida de las hileras y en el diámetro del Horizonte de Keops.
¿Por qué las otras pirámides no se hicieron siguiendo estas medidas?
Porque hablamos de una pirámide simbólica, una especie de enciclopedia pétrea que pretendía fundir el saber del pasado. El conocimiento que se encuentra en la Gran Pirámide es enciclopédico.
Esta enciclopedia nos dice que conocían el número Pi, el Phi, el e, el plástico… Tenían conocimientos en matemáticas que nosotros no hemos alcanzado hasta el siglo XX, como es el caso del número plástico.
En Astronomía conocían la precesión, las distancias de las estrellas… En geodesia, se sabían la Tierra de memoria, que era redonda, y algo excepcionalmente sorprendente: Puedo demostrar que tenían referenciada la Gran Pirámide respecto a un sistema de coordenadas geográficas, algo que nosotros no hicimos hasta el siglo XIX. El desconcierto es total. Hablamos de una civilización científica avanzada en el 2.500 a.C.
¿Qué dicen los egiptólogos de esta teoría?
Estamos empezando a hablar. Los descubrimientos realizados no hubieran sido posibles sin 200 años de investigación egiptológica sobre el Antiguo Egipto, sin los ordenadores que permiten utilizar hojas de cálculo y sin los programas astronómicos que reconstruyen el cielo del pasado. Esta investigación es deudora de su tiempo, pero no resuelve todos los enigmas de la Gran Pirámide, al revés, abre enigmas nuevos.
¿Cómo lo hicieron, utilizando los números, ni que sea como unidades abstractas, para introducir tal cantidad de información matemática, geométrica, astronómica y geodésica en el monumento? La capacidad combinatoria es desconcertante. Hay tantas interrelaciones que es imposible pensar que sean fruto de la casualidad.
Y se pensaba que el misterio de la Gran Pirámide estaba en su interior… El interior sigue siendo un misterio.
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